Vivir en una ciudad que se llame BRAGA tiene su gracia ( si sabes español, claro). Los comercios son una mina de chistes.
Y la cosa se pone al rojo con las campañas politicas locales, algo que nunca imaginé, la lencería femenina como reclamo político.
2 comentarios:
por fin un partido político pro-fetichismo.
Como decían en Apocalipsis Now:"Me encanta el olor de las bragas por la mañana".
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