24 de junio de 2010

DICOTOMÍA




En la calle donde vivo, en Charropolis, está el bar Salinas. Es un bar que en origen tenía ínfulas de establecimiento con clase: ventanas con mucha madera con diferentes biseles y multitud de cristales, al igual que la puerta, en el interior perviven barandillas de postes de madera torneada, la calidad de los letreros el alta, y algunos de ellos brillan... pero, teniendo esto en cuenta, ¿qué motivo llevó al propietario a cambiar o hacer que la S del nombre del establecimiento sea una serpiente mortífera? Porque no es un gráfiti, sino un rotulo de los buenos. En la otra foto se ve el logotipo en un rótulo impecable y brillante al lado de un cartel de helados sujeto con el mayor número de metros posible de precinto de los chinos. Como dato puedo decir que el interior del bar va avanzando en dejadez. Pasa en muchos bares cuando cambia el concepto del negocio o su público objetico, y los cócteles se convierten en calimochos.

3 comentarios:

ginés dijo...

... hombre, todos sabemos que ese calvo que retransmitía los partidos, que en paz descanse, hundió en la miseria al mítico Salinas, pero esto es degenerar demasiado, che.

héctor de la puente dijo...

puede que sea muy fan de la mítica tonadilla: "la cobra gay", y en un extasís musical decidiera dar un cambio radical a su negocio

Jaime Serra dijo...

!!!